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lunes, 22 de marzo de 2010

Grecia, Alemania y las ayudas perdidas.



La recuperación de Grecia nos influye a todos. A los países periféricos mucho más claro, ya que podemos decir que somos los segundos en la cola. Hoy en día todos se fijan en Grecia, pero el problema persistiría aun cuando Grecia pudiera solventar todos sus problemas si el resto permaneciésemos igual.


La situación griega no empeora, así como el resto de las economías del mediterráneo, que siguen en una crisis entornando el ciclo alcista con ciertas dificultades de tipo estructural bajo la manta. ¿Qué es lo que motiva pues los cambios en las perspectivas futuras, expuestas visiblemente a través de los beneficios o perdidas de las bolsas de estos países? Pues la ayuda o abandono que estas economías pueden sufrir a manos de sus coetáneos Europistas, los países de la eurozona que están mejor posicionados.


No es de extrañar por tanto que ante noticias como esta, en donde Alemania se limpia las manos ante el problema y deja caer que debe ser el fondo monetario internacional quien reparta las ayudas, las bolsas de estos países bajen.


El desplante de Alemania no es nuevo, y lo cierto es que soy bastante critico con ello. Uno no debe esperar que un país, per se, ayude a otro obligado por unas leyes que no quieren realmente acometer. Pero entonces ¿De que sirve la UE? ¿No era una verdadera unión económica? ¿No queríamos aproximar las economías para mejorar la estabilidad de conjunto?


Mucho se habla de la posibilidad de que estas economías se vayan de la zona euro. Lo mio es insensato, pero yo me pregunto, ¿no sería más lógico que fuera Alemania quien se fuera? Sobretodo si sigue llevándole la contrario a la autoridad de Bruselas.


Y parto del hecho de que los que más perderíamos, económicamente hablando, seriamos nosotros. Soy consciente de ello. Es la fuerza motora, pero echa los humos hacía los países colindantes y luego se queja de que no podamos ver entre la niebla.


La solución descansa en una reflexión pausada, y en sentarse con Alemania de una vez por todas y aclarar que estamos haciendo, unos y otros.


El papel de las economías más perjudicadas tampoco está exento de criticas. No por el hecho de que sus déficits no se adecuen en base a las descritas por la UE (que deberían adecuarse de forma más ajustada a cada país), sino por el pasotismo político en cifras reales del que hacen gala. Unos falsean datos. Otros no los aportan. Otros parten de visiones poco realistas.


Alemania tiene parte de razón al no querer ser perjudicada por la ineficacia de los demás, y es algo que en si no podemos reprochar.


Por eso, las ayudas no deberían ser, nunca, unas transferencias sin transfondo económico. Se debe exigir, como requisito primario, y también de mayor importancia, que estos países aporten sinceridad. Pero se debe exigir, y también es importante, que todos luchemos a una si no queremos echar la vista atrás y encontrarnos solos.

El largo plazo no es el corto plazo. Y pasan muchas cosas durante los años.

domingo, 21 de marzo de 2010

El déficit estadounidense y el Yuan Chino infravalorado (II)



Partiendo de mi primer artículo sobre el tema, la realidad nos indica que China esta cargándose de reservas en dólares, gracias a su superávit comercial, lo cual hace apreciar el dólar y devaluar su moneda, en un intento de seguir siendo competitivo, o el más competitivo, de cara al exterior.

Krugman en un artículo para El País, da algunas respuestas sobre las soluciones que EEUU pueda acometer.

Parte del hecho de que estamos todos viviendo en pleno miedo (económico) por el despertar de China y que eso nos puede nublar de ver que cualquier relación económica o comercial se da por dos vías, compra y venta.

China ahora mismo tiene un superávit inflado gracias a una moneda que debería ser más cara (por el incremento continuado de la demanda internacional) y por encima de todo, el método por el cual  ha conseguido depreciar su moneda, la compra de dólares, aunque pudiera ser perjudicial para los Estados Unidos, puede darse la vuelta y explotarle en la cara al país asiático.

Podemos decir que sigue la máxima de la frase: Si tiene una deuda con el banco de 10.000 euros tienes un problema. Si tienes una deuda de 1.000.000 euros, el problema es del banco.

Como decíamos, China no va a querer abandonar la compra del dólar de golpe a corto plazo por que eso inundaría el mercado de dólares, lo cual haría que bajara su precio, lo cual haría que bajara la riqueza que mantendría en los dólares restantes. (Las expectativas sobre precios son uno de los principales factores de burbujas especulativas de los que hablaré largo y distendido otro día).

Y Krugman dice: bueno, siempre podemos perjudicar el superávit de China con tasas a la importación. Se puede imponer que haya que pagar un 25% más a cada producto que se compre a China.

Esto crearía un diferencial de precios que afectaría al tipo de  cambio real, devaluando el dólar y fastidiando a China. Posiblemente una amenaza como esta bastaría para que China dejara sus prácticas y se dedicara a hacer lo mismo con una cesta de bienes, y no sólo con el dólar.

El problema, claro, es que es una práctica de poco librecomercio. Internacionalmente no sé como podría llegar a verse aunque personalmente la veo temporalmente correcta, y queramos o no, esto es una guerra económica, cada país debe poder usar sus propias armas.

sábado, 20 de marzo de 2010

La Unión Europea como unión europea.



La formación de sociedades se ha vislumbrado desde  muchos puntos de vista. Hay teorías sociales para aburrir (en el buen sentido de la palabra), y mi visión económica se basa en la simple unión de ciudadanos para tomar decisiones de conjunto, lo que en el contexto empresarial se llama “coludir”.

Los ciudadanos coludimos por que sabemos, al igual que las empresas, que tomando decisiones en conjunto podemos obtener beneficios mayores que si lo hacemos de forma individual, no por que ganamos poder de mercado, que también, sino por que tenemos a nuestro alcance una serie de políticas que antes no podíamos hacer valer, aunque todos quisiéramos, simplemente por que no teníamos la fuerza necesaria.

Ahora bien, la libertad económica debe estar en cierto sentido, asegurada. Y claro hay ciertos niveles de libertad económica, ya que esta va en todas direcciones.

Que un gobierno pueda gastar más o menos dinero ya es una restricción a la propia libertad económica, que no pueda acometer ciertas políticas monetarias ya es una restricción a la libertad económica.

Al instituir sociedades se privan las libertades individuales, y si el proceso existe en un cierto nivel (gobierno – ciudadanos), también lo hace en otro nivel más elevado (UE – gobierno).

La UE, al imponer ciertas reglas de actuación esta privando a los países de cierta libertad económica, en algunos casos clave para seguir con unas políticas diferenciadoras y unos problemas atípicos.

Se está privando a las naciones de ser más socialistas o más liberales y el problema no es ese, el problema es que no se ven los puntos positivos del acuerdo internacional.

Cualquier acuerdo va a ser restrictivo, pero se hace por alguna razón, se hace par aganar estabilidad, expectativas y sobre todo fuerza. En este caso, fuerza internacional ante las dos grandes potencias, EEUU y China.

Pero perdemos fuelle al utilizar la UE como un selecto club de países simplemente cohesionados con ciertas ventajas a nivel de importación y exportación de factores productivo, dispuesto a amenazar o criticar a los países de la Unión que no mantengan los niveles esperados, no por la Unión, sino por el resto de países.

Así que ahora es cuando surgen dos críticas. Una es la dirigida a Grecia (y por ende al resto de países del mediterráneo), por realizar unas políticas económicas poco favorecedoras (sin atender a los diferentes problemas estructurales), y otra es a la propia UE, por no tener unas políticas que ayuden realmente y de forma estable y concisa a un país que, por problemas diversos (entre ellos estructurales) está en peores condiciones que el resto.

En realidad, el problema está en la visión que tengamos de la “Unión”, si debe ser integradora y de conjunto práctico, o debe ser una merca colección de leyes que mejores una faceta individual y nacional (comercio y estabilidad a nivel internacional).

El futuro de la UE recae en gran parte en poner unas bases que aun no se han puesto bien del todo.

Artículo basado en este otro artículo

martes, 16 de marzo de 2010

El déficit estadounidense y el Yuan Chino infravalorado.



El problema del déficit estadounidense va más allá, ya que el gran financiador de la economía americana es el país asiático por excelencia, China, que ha estado incrementando constantemente el número de sus reservas en dólares, forzando así un tipo de cambio algo artificial, que se aleja del que debería tener si observáramos la realidad económica como tal.

El primer problema, es que China, como economía asiática, y como nos vienen acostumbrando es un país altamente ahorrador. Su superávit por cuenta corriente siempre es positivo, y aumentando, lo cual quiere decir que vende al exterior mucho más de lo que compra. Su crecimiento, de hecho, se basa en la globalización, en la fuerza motora y competitiva que le hace producir para el resto de países. Contra más globalización, cuanto más abierto esté su mercado, más crecerá, de ahí su reciente (y  ya normalizado) periodo de gran crecimiento tras dejar abrir sus fronteras.

Ahora bien, este superávit no viene sólo, trae consigo un incremento de las reservas, un incremento de la entrada de capitales, que China utiliza para financiar a otros estados como por ejemplo los estados unidos. Es como si yo, te prestara a ti, lector, 1000 euros para que me compraras manufacturas. Recibo lo que presto, y encima me sigues debiendo 1000.

No es raro, pues, que cuanto mayor superávit tenga uno, mayor déficit tenga el otro.

Claro, China está convirtiendo todo este superávit, todas sus reservas en dólares, lo cual hace incrementar la demanda de moneda estadounidense, lo cual hace que se aprecie. Y cuanto más se aprecia, en peores condiciones competitivas se encuentra Estados Unidos, y en mejores se encuentra China. Es decir, es un ciclo explosivo, sobre todo por que ahora China, que tiene una gran cantidad de reservas en dólares ( y por tanto de riqueza en dólares) no quiere que el dólar se deprecie por que estaría perdiendo dinero.

Ahora con la crisis el comercio ha bajado, y por tanto estas diferencias se han reducido, pero cuando vuelva a incrementarse el comercio volveremos a como estábamos antes, el Yuan depreciado, infravalorado y un dólar con fuerzas depreciatorias no permitidas por la economía asiática.

Claro que, en realidad, todo esto es legal. Es libre mercado. No es algo sancionable, a pesar de que pueda pensarse en establecer sanciones. Lo único que se puede hacer es dialogar, y usar la diplomacia. Soluciones hay algunas.

EN primer lugar, China es la primera en criticar a Estados Unidos, que debería rebajar su déficit fiscal y subir los tipos de interés (lo cual reduciría la inversión , que actualmente esta siendo financiada por el exterior) y aumentaría los ahorros nacionales, reduciendo por tanto su déficit exterior. Pero claro, esto sumiría a la primer apotencia del mundo en una crisis aun más grave, con una demanda interna muy deteriorada.

Por ello, las perspectivas occidentales son justamente lo contrario, afirman que es la economía asiática la que debe empezar a potenciar su demanda interna, mejorar el consumo de sus habitantes, su inversión, su crecimiento interno.

China tiene un gran crecimiento, pero está totalmente derivado del exterior, de sus exportaciones, y sigue siendo una economía muy empobrecida en su interior.

Además, debe dejar de comprar reservas en dólares, y diversificar un poco más las mismas en una cesta de divisas de todo tipo.

Es un problema de culturas, de culturas económicas, donde un país tiende a gastar más de lo que tiene y otro a prestar más de lo que gasta. Obviamente no podemos reprochar a China que sea ahorradora, pero deberíamos intentar potenciar su desarrollo interior, mientras nos ajustamos un poco los pantalones y no agachamos la cabeza mientras el gigante rojo nos financia todo nuestro crecimiento.

sábado, 13 de marzo de 2010

Inflación, la actividad económica vista desde los precios.



La inflación es un síntoma de actividad económica.

Hay muchas teorías de porqué la inflación es una respuesta del sistema al crecimiento económica, desde teorías monetarias, hasta la curva de Phillips, obviamente todo está relacionado, como en todo sistema.

Lo que está claro es que cuando hay un estancamiento económico, la inflación baja, y cuando hay un fuerte despegue, esta sube. Claro que es una medida muy subjetiva (palabra que tomo con reservas), de la fase en la que nos encontramos, pero puede ayudar a ver algo del camino. Si la inflación sube, estamos empezando a generar economía, o bien hay algún elemento que este distorsionando todo.

Lo primero que podemos hacer es disgregar el dato del IPC en sus diferentes apartados, y además compararlo con el mismo dato de 2009 y 2010. Recordamos, para visiones futuras, que estamos viendo el crecimiento interanual de IPC de febrero de 2010.



Esta comparación nos permite ver en un vistazo, no sólo el IPC anual de febrero, sino, si el dato es “normal” o no, tomando como algo normal los datos de 2008, antes de que estallara la crisis.

El IPC de los alimentos, elemento muy variable, ha bajado de forma constante, así como el menaje (menor consumo), la vivienda (por la ciada de la burbuja), los hoteles y restaurantes (menos turismo y dinero extra), y el apartado otros.

Sin embargo, debemos ver que no es lo mismo que baje una partida que tiene poca repercusión en la sociedad a que baje otra con gran importancia.

En este aspecto, debemos señalar el transporte, con un crecimiento muy alto, derivado sobre todo del gran descenso llevado a cabo en 2009. El dato de variación mensual es de -0,5%. La explicación es que se está llevando una progresiva estabilización. Los carburantes aun no han empezado a dar mal.

Por otro lado están los alimentos y el ocio, los dos negativos, y que impulsan el IPC hacía bajo.

En resumen, excepto por el alcohol y el tabaco, elementos poco “naturales” en la economía, casi todos los elementos muestran una variación negativa, o al menos no muy positiva.

Se ve cierta estabilización en algunas partidas como el ocio, el vestido y el calzado, y en general el IPC, pero aun seguimos en datos variados y poco clarificantes.

De todas, formas, cuando se quiere observar, como antes decía, el reflejo de la actividad económica sin externalidades fuertes, hay que quitar el efecto de los alimentos y productos energéticos.

Esto es lo que tenemos:

Aun no estamos en deflación, y nos hemos quedado un poco atascados en el 0,1%. Los últimos meses de 2009 puede apreciarse una pequeña subida, posiblemente a la zaga de los brotes verdes y las compras de navidad, pero seguimos igual. Estabilizados y en una economía que va varada por no sabemos cuanto tiempo.

domingo, 7 de marzo de 2010

Defensa del consumidor. Bancos Vs Krugman.



Podríamos decir que una de las pocas razones por las que los consumidores estamos respaldados en la economía es por la competencia perfecta. El mayor problema de todo esto es usar argumentos clásicos de competencia perfecta para defender un sistema que ni por asomo es de competencia perfecta.

SI dividimos a un lado a empresas y consumidores, y más aun, lo hacemos por sectores, entonces la cantidad de personas físicas o jurídicas a cada lado se descompensa de forma brutal. Y aquí el número de integrantes de una categoría de agentes no es positivo.

Las empresas pueden coludir, es decir, pueden actuar hermanadas. Sí, es ilegal, pero pueden hacerlo, y lo hacen. Los bancos también.

No es que esté diciendo que los dirigentes de los bancos se reúnan todas las mañanas a decidir como nos van a joder, eso es absurdo. Nadie piensa en joder a nadie.

Pero el simple hecho de que existe por ejemplo, un tipo de interés interbancario, que sea además un gran condicionante del euribor, no dice mucho de la independencia competitiva. ¿o es que alguien acaso duda que el sistema financiero también es un gran compendio de empresas?

Y ante las decisiones de los bancos poco podemos hacer. Igual que en la negociación salarial.

Krugman defiende por tanto la creación de un organismo que vele enteramente por los consumidores controlando los abusos financieros.

No sé si iría tan lejos. Creo que ese es el papel del gobierno.

Los bancos centrales fijan objetivos como el de la inflación. Y el sector público, en menor o mayor medida, la redistribución de la riqueza.

¿Pero la defensa del ciudadano medio? No sé. No puedo posicionarme a favor porque no lo veo viable. Otro organismo más tomando medidas populistas para contentar a los agentes.

La última subida salarial se hizo aun con deflación en España. Subimos los sueldos por convenio sin que se hubiera aumentado la productividad o los precios. Eso no es racional. Queda muy bonito, y claro, ojala pudieran subir el sueldo real a todos y quedarnos tan anchos pero la economía no funciona así, no por que no queramos si no por que es un sistema con sus reglas y sus imposibilidades.

El banco central o el FED ha tenido mucho que decir en esta crisis. Los objetivos fijos están muy bien pero a veces pueden cegar la realidad.

Así que por esta vez, de momento, me posiciono enfrente de Krugman. Aunque es una opción a estudiar, claro.

sábado, 6 de marzo de 2010

Sistema financiero, bancario, las comisiones y el ICO.


El sistema financiero, o el sistema bancario tiene como objetivo básico el de canalizar la liquidez o el crédito desde los que ahorran hasta los que pide prestado.

El hecho de que el 25% de su beneficio provenga de las comisiones no sé si es normal o algo de lo que asustarse.

Porque por un lado tenemos claro el hecho de que como entidad con una función en la sociedad (más o menos aceptada por todos) que es la de dar créditos y obtener ahorros, es normal que cobren por su propia actividad.

Por otro lado, nos están cobrando por gestionar nuestro dinero, y aunque eso sería entendible en el caso de las cajas fuertes, por ejemplo, donde sí es una gestión propia de tu ahorro, no lo es tanto en otros depósitos, donde nada más meter tu dinero este ya ha salido para un tío al que ni siquiera conoces.

No nos equivoquemos, esto es positivo. Si no fuera por los bancos (y obviando sus problemas), no habría prestamos. Y sin ellos la actividad económica decaería del todo. No podría haber acuerdos concretos entre los que disponen de liquidez y los que la necesitan.

El problema es que algunas comisiones llegan a ser abusivas o poco esclarecedoras.

Además, el tema de los bancos es, para mi, una de las curiosidad sociológicas que más me impactan.  Podemos decir que una gran porcentaje de la población les tiene tiña. “Juegan con mis ahorros” “Me cobran por usar mi dinero”; no sé, no las he oído todas, pero el caso es que existe un aura negativa en torno a ellos. Y sin embargo son una de las principales organizaciones económicas de todo el sistema.

Algo estamos haciendo mal. No sé el que.

Todo el sistema financiero suena a trampa. A timo. No digo que lo sea, pero si es cierto que el grueso de la población no tiene en gran estima a un servicio que es tan importante como delicado. ¿Por qué? ¿Cómo podemos solucionarlo?

Y por encima de todo, ¿Tienen razón?

Pd: noticia interesante sobre la incapacidad práctica del ICO, y su tardía llegado al panorama actual.

viernes, 5 de marzo de 2010

Fundamentos básicos de la crisis: Desenredando el ovillo de lana de una realidad dispar (III)

De nuevo, si has llegado hasta aquí de casualidad, te recomiendo leer la primera parte y la segunda parte. Gracias.

A lo largo de los años hemos basado nuestro crecimiento en el aumento de factores productivos poco productivos, que nos han dejado expuestos plenamente a una crisis financiera y con un mal augurio futuro.

La calidad de nuestros factores, y por ende de los bienes y servicios producidos no puede ser competitivo contra otros países de la zona euro, asiáticos, o americanos. ¿Pero por qué?

¿Por qué esta baja calidad productiva y como podemos solucionarlo?

Pues bien, digamos que para que un producto tenga calidad, se necesita la mezcla de tres factores, por un lado capital, una relación capital/trabajador que sea eficiente. Por otro lado lo que se llama “productividad total de los factores” y aquí se mezcla todo tipo de cuestiones tanto como la productividad en si misma, como el efecto de las infraestructuras, la burocratización, la libertad económica, etc. Y por último, se necesita capital humano.

De capital no vamos mal, ese no es el problema. Quizás si lo se ala propia utilización del capital, la estructura productiva tal cual, o que el capital que tenemos no es el necesario. No podemos definir al capital como un simple bien productivo, sino que es un conjunto de diferentes bienes, algunos muy poco sustituibles. De poco sirve invertir en infraestructura y vivienda si lo que necesitamos son ordenadores de alta tecnología, por ejemplo.

Vamos un pelin mal comparados con otros pises en cuanto a la “productividad total de los factores”. Este es un caso más difícil de explicar, pero en definitiva no es importante por que poco a poco va convergiendo con el resto europeo.

El problema. El verdadero problema de todo esto, es el capital humano.

He llegado a leer artículos en donde algunos criticaban hasta la misma palabra, pero no hay otra forma de definirlo.

A veces, y me incluyo, da hasta palo hablar de los trabajadores como factores productivos, pero es que lo son. Y su nivel educativo influye mucho, muchísimo, hoy en día para la producción.

El problema que tenemos es de este tipo. El nivel universitario está bien, quizás muy devaluado hoy en día, y aunque valorado, lo este menos de lo que debería.

Pero el problema está en el nivel intermedio. Hay un gran abismo que hay que solventar y este es la educación, y el capital humano.

Es un problema grave, porque no es algo que se pueda arreglar a base de políticas de corto plazo. Es un problema grave por que debemos poner parte entre todos. Y se deben crear los incentivos para ello.

A día de hoy no había incentivos a estudiar. Y debemos crearlos. Y ya.

El problema es que sale el político de turno diciendo que va a aumentar en un 1% el gasto en I+D+i y ya todo s nos creemos que con eso basta, y eso no es sino la punta del iceberg. En otros países no sólo gastan en I+D+i, sino que además es más rentable. Y lo es por que hay un capital humano mucho más estructurado y potente que aquí.

Pero es normal. Tenemos sueldos bajos. Los listos se nos van a otros países, donde son más valorados. Las empresas contratan en tiempo parcial, y sin contratos más o menos fijos no hay incentivos a la educación empresarial.

Es decir, existe además un gran problema de trasfondo, el mercado de trabajo. No sólo por las rigideces e las que muchos hablan, salarios basados en la inflación y no en la productividad, coste alto de despido, etc, que tienen sus motivos, sino también por la base, que se muestra menos adaptada que otros países a invertir en el largo plazo.

Fundamentos básicos de la crisis: Desenredando el ovillo de lana de una realidad dispar (II)



Si has llegado hasta aquí de casualidad, quizás te convendría leer la primera parte. Gracias.

Crecíamos. Nos endeudábamos si, pero bueno, crecíamos. Obteníamos capital exterior para nuestra actividad económica, pero al menos, crecíamos.

Gran parte del sustento económico se basa en que, gracias a la rentabilidad y el trabajo, puedes endeudarte y que aun así te salga rentable. Pero para ello necesitas tener una rentabilidad (de la actividad económica que vayas a realizar) mayor que el coste de endeudamiento.

El crecimiento que estábamos teniendo llegó a su fin cuando el redimiendo esperado dejo de ser mayor, cuando la gente, las empresas, la demanda, percibió que esto no podía seguir así, que el endeudamiento no podía seguir creciendo porque no podríamos devolverlo en las mismas circunstancias. Todo se frenó, y llegó la crisis.

Pero, de nuevo, volvamos al principio.

Antes de todo ello crecíamos. Y hay dos formas de crecer: aumentando los factores productivos, o aumentando la eficiencia de los factores productivos.

Para un crecimiento sostenible lo bueno es ir mezclando ambas cosas, como en todo, nunca son buenos los extremos. Sin embargo, si miramos hacia ataras vemos que España si se especializó en un tipo de crecimiento, y fue aumentando los factores productivos.

Estos factores productivos son dos, trabajo y capital. Es decir, mano de obra y capital productivo (de todo tipo).

Como dije, la población activa aumentó en ocho millones de personas, tanto por la llegada de inmigrantes, como por la entrada de la mujer al mercado de trabajo.

Y el capital también ha aumentado, en forma de inversiones en construcción.

Ahí lo tenemos. Esa es la base de nuestro crecimiento. El aumento de la población activa y una fuerte expansión en la inversión del sector de la construcción. ¿Por qué la construcción? Bueno, hay muchas teorías al respecto. Se convirtió en un bien especulativo, que llegó a márgenes de construcción tan brutales que daban vértigo, o grima, según se mire.

El problema con este tipo de inversión es que no ofrece verdadera rentabilidad en el servicio productivo. Es necesario, pero hasta unos niveles óptimos. Más no es sino redundar en lo mismo.

De hecho, la única rentabilidad de la inversión era la inflación a la que se veía sometida el activo. No tenia representación “real” en la economía, sólo monetaria.

Y ese es el problema de España. Hemos fomentado la economía basándonos en la cantidad de factores poco productivos. Con una calidad escasa. Una vez que la crisis estalla no tenemos con que defendernos. Lo único que teníamos, lo único en lo que hemos estado trabajando todos estos años ha sido en moles de piedra que son ahora la tumba del propio sector. No podemos competir. No podemos crecer gracias a lo hecho en el pasado.

Hemos perdido el tiempo. Y nuestra calidad productiva no es ni de lejos la del exterior.

No tenemos calidad productiva. Sí, es un problema. Pero de nuevo, sigue siendo la sombra del verdadero problema, que permanece aun un poco más profundo en la realidad económica.

Seguiremos deshilvanando.

jueves, 4 de marzo de 2010

Fundamentos básicos de la crisis: Desenredando el ovillo de lana de una realidad dispar (I)



Actualmente todo el mundo sabe ya cual fue el detonante de la crisis. Un sector de la vivienda sobredimensionado y una elevación de los tipos de interés que cortó la liquidez y el ciclo expansivo de la inversión especulativa, lo cual desencadeno en la crisis financiera y real.

Nos podemos quedar ahí, o podemos bajar más y más en la escala fundamental de las bases económicas hasta encontrar el verdadero fundamento básico de la crisis española. Es algo que muchos ya saben, pero que hay que analizar paso a paso, para llegar a comprender del todo en donde nos hemos metido y como podemos salir. La construcción no es el único problema. Hay uno mucho más gordo y mucho más integrado en la sociedad y, mal que nos pese, mucho más difícil de solucionar. Pero para entenderlo hay que ir paso a paso.

La economía tiene ciclos. El otro día explique un teoría cíclica de Kondratieff, y otra de estilo Austriaco. Existen muchas teorías pero lo fundamental es que estos ciclos existen y son reales.

La economía española ha tenido un crecimiento muy grande en los últimos años. Nos hemos favorecido de las puertas del exterior, nos hemos favorecido de Europa, y poco a poco hemos ido convergiendo hacía la media europea. Las últimas décadas han sido muy positivas para España.

¿Acaso puede ser todo un mero espejismo? No. Pero hay muchas maneras de hacer las cosas y unas traen consigo diferentes problemáticas.

España pasó de tener una media de 12-13 millones de trabajadores a llegar hasta los 20, paso de tener poco más del 85% de la renta media europea al 96%, la renta crecía. Convergíamos.

El problema real no está en los datos tal cuales, sino en el trasfondo. ¿Qué hemos hecho para crecer?

En primer lugar, endeudarnos.

España es uno de los países que más endeudado está con el exterior. Hemos llegado a tener años en donde alcanzábamos el 10% de déficit exterior, y a lo largo de los años hemos ido acumulando una deuda del 170% del PIB, la gran parte privada.

Esto tiene una causa de forma, y es el hecho de que comprábamos más de lo que producíamos, queríamos más de lo que podíamos tener, o bien invertiamos por encima de nuestro propio ahorro y necesitabamos financiación exterior, y una causa de fondo, no éramos competitivos.

No podíamos competir con el exterior, sus productos son mejores o más baratos, en media general, y tendemos a comprar al exterior.

Y ese es uno de los grandes problemas de España. La baja competitividad internacional.

Pero aun así, eso no es sino la sombra del verdadero problema,  escondido aun más profundo en la realidad económica.

Seguiremos deshilvanando.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Unión Europea. El presente y el futuro de Europa.

Grecia, así como los países del mediterráneo, con unos problemas financieros y estructurales que van más allá de la crisis financiera, podían ser el impuso para llevar a Europa al siguiente nivel o al menos reconducirla hacia el.

Y es que la unión europea no puede seguir actuando como una unidad económica si se siguen políticas diferentes entre los países, sin buscar luego los mecanismos necesarios para no dejar atrás a los países menos preparados.

La entrada al euro nos ha dejado a todos más beneficios que inconvenientes. La participación en el mercado financiero europeo, el incremento en el comercio y el movimiento de factores, etc. Sin embargo el inconveniente, el hecho de no poder disponer de una política monetaria individual que se pueda ajustar a las diferentes condiciones nacionales nos obliga a estar en plena sintonía con la Europa más avanzada, o a tener que pedir ayuda basada en rescates económicos.

Pero estas ayudas no estas “bien vistas” desde todos los puntos de vista. Si bien mejoran la situación negativa por la que se está pasando, tanto los que tienen que poner el dinero, como los propios ciudadanos y los mercados, ven estas medidas como situaciones tan excepcionales que no se pueden enmarcar en una política favorecedora. El sentimiento nacional agrava aun más la cosa.

Por eso, hay dos soluciones al problema. O se “normalizan” estas ayudas, con planteamientos generales que sirvan para este y los casos futuros en los que algún país de la Unión necesite ayuda, o se potencia la creación de políticas más comunes que acerquen las situaciones de los países aun más.

En cualquiera de los dos casos estaremos en el camino de una Unión Europea más unida.

Basado en este artículo

viernes, 26 de febrero de 2010

La perspectiva austriaca de la crisis actual

Como dije en el post anterior, estuve ayer en una conferencia sobre la perspectiva austríaca de la crisis. Aquí dejo a grandes rasgos lo que se dijo allí, para los muchos que no pudieron ir.

Debo decir que no concuerdo en muchas cosas de las que dice (de fondo y forma, irónicamente si que concordamos en algunas apreciaciones y en la realidad económica, que por ser sólo una, es difícil discordar). El escrito es MI resumen de las palabras DE Juan Ramón Rallo. Otro día ya escribiré mi propia opinión de esta escuela.



La teoría austriaca del ciclo


La teoría austriaca del ciclo económico intenta explicar cómo se distribuyen los escasos recursos de los que disponemos a lo largo del tiempo.

Así, debemos diferenciar entre el consumo inmediato de recursos, que nos da un beneficio semi-inmediato, y el uso de los recursos como medio de producción de consumos futuros.

Por lógica humana, todos vamos a preferir, al elegir entre el mismo bien, el consumo inmediato. Si ahorramos recursos y los invertimos en un proceso de producción de medio o largo plazo, en el que mientras tanto no podemos disponer de esos recursos, es por que esos bienes nos darán, o al menos eso intuimos, una utilidad mayor.

Así se generan las diversas preferencias sobre la asignación intertemporal de los recursos, a su vez, en los bienes de capital, la investigación, y los recursos que serán necesarios para el consumo futuro.

Claro está que estos recursos no son homogéneos. Los bienes de capital no pueden generalizarse como bienes de perfecta sustituibilidad porque no lo son. Es un entramado, una estructura de bienes de capital diferenciados, que debemos escoger cuidadosamente para nuestros planes futuros.

Para ello, para que nuestros planes estén organizados de forma óptima, la señales necesarias para esta asignación no deben estar “falseadas”.

Si lo estuvieran, la demanda de consumo tendría una cierta descoordinación entre los empresarios, que tenderían a la inversión de corto plazo, creando una reasignación de la demanda hacia estos bienes y forzando a empresas que intenten invertir en el largo plazo a disponer de menos recursos, creando ciertas desigualdades.

Estas señales pueden tomarse como los tipos de interés, la manifestación de las preferencias entre el consumo inmediato y futuro. Hay un agente que rechaza una cierta capacidad de compra, es decir, que rechaza el consumo inmediato, para obtener un beneficio que utilizará en el largo plazo, mientras otro agente dispone de esos recursos en el corto plazo. Los tipos de interés son los que “estabilizan” o informan de las preferencias intertemporales.

Sin embargo, estás señales pueden falsearse por la expansión del crédito.

Lo lógico sería pensar que en el sistema económico, por cada cantidad de recursos que alguien tenga “cedidos”, otro los tiene que tener prestados. Sin embargo, por el multiplicador bancario, esto no es así, y la base monetaria tiende a incrementarse, fomentando el endeudamiento a corto plazo y las inversiones a largo plazo.

Si los tipos de interés están muy bajos, el apalancamiento financiero es favorable para el endeudamiento, es beneficioso, y eso genera el incremento de la deuda, pero para que las inversiones sean rentables tienden a asignarse en procesos de largo plazo, con rentabilidades mayores.

Esto amplia el número de “malas inversiones”, que no puedan recolocarse o reinvertirse de forma rápida.

Las crisis son la purga de todas estas malas inversiones.

La perspectiva austriaca de la crisis.

A la hora de incluir la crisis actual en la teoría austriaca del ciclo económico, debemos dividir, o al menos así lo ha hecho su autor, el espacio temporal en tres fases.

En una primera fase, comprendida entre el 2001 y el 2006, podemos ver una cierta degradación en la liquidez.

Tras la crisis de las .com, en donde tras una fuerte inversión se vio que no se conseguían beneficios concretos y se liquidaron las inversiones rápidamente, la FED bajó los tipos de interés para incentivar el aumento de la demanda, para no entrar en un periodo de bajo crecimiento, lo cual incentivó el endeudamiento a corto plazo (se pedían muchos créditos) y la inversión a largo plazo (en viviendas).

A través de los balances de los diferentes agentes económicos podemos ver esta expansión de la deuda en donde los pasivos de corto plazo estaban muy por encima de los activos de corto plazo, creando un capital circulante negativo en muchos casos.

Vemos aquí como la sociedad empezaba a endeudarse a pasos agigantados, los beneficios se reinvertían en la inversión inmobiliaria, se creaba la sobrevaloración en el precio de la vivienda, e incluso los bancos tenían unos fondos que no podrían hacer frente a las contingencias que podrían derivarse de una crisis no prevista.

El autor utiliza el PER para ilustrar esto, el instrumento que mide la sobredimensión del precio de la vivienda, al seguir la evolución de su precio con respecto al precio del alquiler.

Cuando las materias primas empiezan a ser un recurso escaso, y a través de un “cuello de botella”, comienzan a reducirse los beneficios conseguidos por las inversiones.

En una segunda fase, comprendida entre el 2007 y el 2008, surge una cierta lucha por la liquidez.

Al aumentar la FED los tipos de interés, los agentes endeudados se quedan sin métodos para seguir pagando sus deudas (que tendían a endeudarse aun más). El sistema no tiene capacidad para seguir el proceso que venia realizando hasta el momento, y se desata la crisis de los impagos, primero de las familias, y más tarde de algunos bancos, que desatan el pánico entre el sistema económico, destrozando el optimismo y comenzando la recesión económica.

Se intenta prevenir todo el desarrollo de la crisis expandiendo el crédito, sin embargo los bancos, que seguían temiendo por sus propios balances y los de sus contrarios, hacen caso omiso y se cierran al préstamo.

En una tercera fase, comprendida entre el 2008 y el 2009, comienza el rescate de los diferentes gobiernos, en búsqueda de las medidas concretas que suavicen el ciclo y no estampen todo el sistema o lo lleven a la deriva. Claro que estas medidas pueden tener problemas morales para algunos, ya que incentivan el riesgo.

Una alternativa, y la solución austriaca a la crisis, es la reconversión de los acreedores en accionistas del banco.

La relajación de la FED para suavizar el ciclo podría repetir los fallos anteriores e iniciar de nuevo la burbuja inmobiliaria. Los planes de estímulo siguen invirtiendo en aquellos sectores que deberían “purgarse”, hecho que no se puede evitar ni omitir, según Juan Ramón Rallo, para el óptimo desenvolvimiento del sistema económico en el futuro.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Tipos de interés. ¿Subir o bajarlos?

Los tipos de interés determinan de forma crucial la inversión. Y la inversión es una de los mayores precursores de la economía, tanto en el corto plazo como en el largo plazo.

Mantener unos tipos de interés bajos significa facilitar la financiación en un periodo en el que todo el mundo está cargado de deudas. Elevarlos es cargarse una gran oportunidad de facilidad de crédito a aquellos que lo necesitan para iniciar la actividad empresarial. Y sin actividad empresarial no hay empleo.

Pero esta todo lleno de baches y problemas. No podemos asegurar que el crédito fácil no vaya a ser destinado al pago de deudas, lo cual en el medio plazo no hace sino crear aun más deudas.

No podemos tampoco asegurar que el crédito no vaya a ser utilizado para inversiones de corto plazo especulativas, expectantes de una recuperación palpable.

Claro, está el manido uso de la libertad como respuesta a todo. Demos dinero fácil, si alguien entra en una espiral de deudas es su problema. Sin embargo, el verdadero problema es que es lo que venimos haciendo desde hace años, y es justo lo que nos ha traído hasta aquí.

La única solución es garantizar un uso correcto del crédito. Lo cual es imposible.

viernes, 19 de febrero de 2010

Análisis de la crisis. Cuarto trimestre de 2009.

Todo el análisis se basa en los datos recogidos por el INE (más concreto en su nota de prensa actualizada con el dato del cuarto trimestre de 2009). Si pinchan en las imagenes se ven mucho más claras. Los datos están a precios constantes y ajustados por la estación.

Comenzando ya el 2010, todo análisis o debate que pueda relacionarse con la economía se basa más en la salida y el despegue económico que en la propia crisis. Esto se deriva de la competencia internacional a la que todos estamos sometidos, que hace que debamos impulsar la inversión extranjera y los buenos resultados contables aun sin saber realmente si la crisis como tal ha pasado ya del todo.

No en vano, el crecimiento intertrimestral de algunos de los países más importantes ha tenido un cierto retroceso, si bien en los análisis se utilizan los datos interanuales, por su mejor correspondencia con la evolución de la producción a examinar.

Así pues podemos decir que el crecimiento Español en términos interanuales del ultimo trimestre ha sido del -3,1%. La producción del país ha bajado con respecto a la del año anterior en las mismas fechas, pero el descenso es menor que el acontecido en el tercer trimestre, que fue de -4%. La importancia de este ascenso en la escala negativa significa que ya no va a seguir empeorándose la economía, sino que ya a cogido la senda de la recuperación, y en unos cuantos trimestres podemos registrar tasas positivas de crecimiento.

Ahora bien, esta “mejora”, de pasar de un descenso del 4% a uno de 3,1%, ¿Cómo se enmarca internacionalmente?

Pues nada bien, la verdad. En la siguiente gráfica podemos ver la evolución internacional de las tasas de crecimiento.



En el caso de Alemania, por ejemplo, a pasado de un crecimiento del -4,8% a un -2,4%, es decir, una mejor de 2,4 puntos, muy superior a nuestro aumento del 0,9.

De hecho, podemos ver como este último trimestre ha sido el primero en el que el se ve una divergencia entre España y la Unión Europea.
Gráfica del documento del INE

Como podemos ver aquí, España comenzó a sufrir la crisis a partir del año 2008, y las tasas de crecimiento negativas aparecieron en su último trimestre. Sin embargo, el crecimiento siempre ha sido superior al de la Unión Europea. Aun cuando decrecíamos, lo hacíamos en menor medida que el resto. Excepto en este último trimestre, que como podemos ver, la línea Española se enmarca, por primera vez en varios años, por debajo de la  medio Europea.

La respuesta no es clara, pero podemos intuir que es por la crisis de expectativas que ha generado una debacle española, visible claramente en el paro. Realmente no estábamos peor que otros países, pero poco a poco nos hemos ido metiendo en un agujero del que nos va a costar alzar la vista al mismo tiempo que nuestro vecinos. El paro, y la reducción del crédito, problemas que no empiezan todavía a solucionarse claramente, pueden tener la culpa.

Podemos desagregar el PIB en sus diferentes apartados para intentar explicar de una forma más correcta la evolución a lo largo de la crisis.



En primer lugar, podemos ver la evolución del consumo de los hogares. Su movimiento es mucho más lento y no llega a tasas tan bajas como la inversión, sin embargo su participación en el conjunto si es mucho mayor, por lo que pequeños descensos pueden afectar más a la economía. En general afectado por el aumento en la propensión al ahorro y el descenso del número de empleados. Se puede decir que realmente no ha habido problema “real” de renta media, por que el gobierno se ha encargado a base de muchas ayudas de asegurar esta perpetuación en la renta.

El ahorro acabará llegando a la economía, pero el déficit tiene que frenarse, y el número de parados sigue en aumento. Cuando las ayudas se acaben, y por tanto los parados no puedan recibirlas, el consumo podrá ser un problema mayor.

En cuanto a la inversión, vemos el descenso claro que repuntó ya a mediados del 2009. Sin embargo, las condiciones pobres en crédito y las bajas expectativas frenan su pronta recuperación, la cual se basa en mayor parte en bienes de equipo, buena noticia para el sector industrial, pero habrá que esperar a que esta “mejora” se asiente para empezar a ver incrementos en la demanda de trabajadores.

Un pequeño impulsor de la recuperación podría ser el sector exterior, ya que con el descenso de la demanda nacional han bajado también las importaciones, mucho más que el descenso en exportaciones.

En definitiva, seguimos en esta crisis de demanda, con previsiones a corto plazo bastante positivas, con evoluciones crecientes en todas las tasas de crecimiento (que aun no llegan a ser positivas), pero con una estructura que deja mucho que desear para el medio plazo.

Quizás la propia recuperación económica se encargue de arreglar la estructura, pero es un proceso de montaña rusa invertida. Hemos bajado mucho de golpe, y subir la nueva cuesta va a ser un proceso más largo.

miércoles, 27 de enero de 2010

El FMI propone una bajada de los salarios (reales) como solución para la crisis.

Las teorías liberales salen a jugar en el campo de las prácticas políticas sin tener en cuenta las características particulares de los países ni sus problemáticas.

Estamos asistiendo a una situación n la que Europa comienza a despotricar sobre España (y Grecia y Portugal) como si fueran los malos jinetes del Apocalipsis. Poco importa la solidaridad o el entendimiento entre países, para ellos, que la crisis no haya pasado en los países del sur es signo de semi-herejía para la manutención y estabilidad de la Unión Europea.

Os imagináis a Aragón u otras comunidades que ya ven (muy ligeramente) cierta luz en el final del túnel, criticando a otras comunidades que aun las están pasando (comparativamente más) putas. Sería absurdo, y un ejercicio de irresponsabilidad política y social bestial.

Pero los sectores más liberales alemanes se lanzan en picado a echar balones fuera y plagar sus artículos en lo mal que les están yendo al resto de países, con el acostumbrado tono despectivo con el que nos llaman (PIGS).

Las soluciones que nos traen, como la del FMI se basan en la liberalización del sistema laboral, pero no en cuestiones positivas que mejoren el propio sistema laboral, sino simples y llanas: Bajar los salarios reales.

Según sus teorías, esto hará a las empresas contratar a más trabajadores, que producirán más, por el mismo precio, es decir, aumentará la productividad, y el nivel de empleo.

Una de las razones que podemos tener en contra (únicamente por la vía económica), es que la mayor parte del consumo y la renta disponible se basa en los salarios (y no en la totalidad de la renta, ya que en general las rentas del capital, una tercera parte del total, suelen derivarse a ahorros y posteriores inversiones). Así que si bajas los salarios reales, habría que ver si bajaría, o no la demanda total y el consumo final (por mucho que aumentes los trabajadores).

Por otro lado, nada te asegura que una disminución de los salarios aumente el número de empleados. Las empresas ahora mismo no producen no por una crisis de oferta, no es que les hagan falta trabajadores pero no puedan pagarlos por que los salarios son altos. Lo que pasa es que no hay una demanda suficiente como para que la producción les salga rentable.

Si, es un pez que se muerde la cola, y hay que atajarlo por alguna parte, pero la disminución de salarios no es la solución, o al menos no la correcta.

EL flujo crediticio es el elemento que falta en la composición actual, y de la que nadie sigue hablando por que es un tema tabú entre cualquier debate económico. No se quiso hablar cuando los bancos empezaban a cerrarse, no se tuvo más remedio cuando cayeron en efecto dominó, pero mientras la crisis financiera sigue en pie los analistas populares solo hablan de tasas de paro, malas prácticas políticas y soluciones matemáticas para un problemas que es más sencillo, pero menos aceptable. No hay dinero. No hay flujo sanguíneo del sistema.

Y con la deuda privada que tenemos (mucho mayor que la pública de la que todos se cansan de hablar), lo tenemos crudo.

lunes, 4 de enero de 2010

El ahorro y sus efectos en la crisis.

La crisis aminora la renta disponible por el hecho de reducir la producción. Se crea un bucle constante en el que por el propio descenso de la renta disponible, baja la demanda de consumo (podemos comprar menos), y esto conlleva a perdidas para las empresas que tienen que despedir o reducir plantilla, con el correspondiente nuevo descenso en la renta disponible agregada.

La crisis golpea al muelle, y este se encarga de ir bajando solo las escaleras. Sin embargo, existe otro efecto que perjudica seriamente el desenvolvimiento de este bucle, la demanda agregada y la producción: El incremento del ahorro.
El hecho de que no solo demandemos menos por el hecho de tener menos dinero, sino por que lo ahorramos, conlleva a la propagación de la crisis aun por aquellos que no se ven afectados.

El miedo a perder el empleo, la visión de futuro, o el cese de la inversión y la acumulación de dinero sin finalidad conlleva a que se dinero se estanque y no pueda impulsar o frenar los problemas que ya todos conocemos.
Los políticos nos instaban a los que no hemos sufrido tanto la crisis a apoyar a la sociedad consumiendo, no más, sino de igual forma, para intentar paliar este efecto.

El problema no es moco de pavo. En primer lugar, las políticas fiscales y las subvenciones, van a tener efectos sociales como la constante manutención de los más desfavorecidos, pero va a tener escasos efectos más tarde cuando, más allá de el mínimo, toda ayuda estatal o de renta va a ser destinada al ahorro.
En cierto modo, aunque esto es discutible por muchos, el gasto público directo en inversión o consumo es lo que mayor efecto tiene como impacto social. Esto incrementa la deuda si, pero no se ve tan desfavorecido por el efecto ahorro.

El ahorro no sería ningún problema si los bancos dieran créditos. Un aumento del ahorro significaría un aumento de la liquidez bancaria y un descenso de los tipos de interés que permitiría a los empresarios llevar a cabo la recuperación económica. No sería un problema, y por ello el ahorro no se suele tener en cuenta, en condiciones normales. Pero en esta crisis parece que los bancos no sueltan prenda, o la empresarialidad española no tiene ganas ni expectativas suficientes como para aprovechar ese incremento del ahorro.

Por otro lado, ese ahorro aparecerá más tarde. Cuando la crisis desaparezca, o empiece a hacerlo, las familias comenzaran a destinar parte de lo ahorrado a mayor consumo, y se generará un pequeño boom (el problema es su tamaño) que afectará positivamente a la recuperación. Este boom no aparecerá hasta que la recuperación ya sea algo palpable, cuando las familias tengan la seguridad de que no van a necesitar (tanto) lo ahorrado.
Ahora bien, los tipos de interés están  bajos y el ahorro tiene poca rentabilidad y la inflación hace que ese dinero pierda valor. Si ahorro 100 euros no es lo mismo gastarlo al año siguiente a los tres años por que los precios de los bienes pueden subir y mermar nuestra capacidad adquisitiva.
La relación que exista entre la inflación y la recuperación económica, y el tiempo que tarden estos ahorros en aparecer de nuevo por el sistema determinaran si hemos perdido mucho o poco dinero.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Sobre la naturaleza y el medioambiente en los sistemas económicos actuales.

Hoy en día, la visión que los propios sistemas sociales tienen de la naturaleza y el medioambiente es muy diferente a la que había en el pasado. Ya no sólo es importante que estemos actuando contra ella, sino el porqué en nuestra consciencia no nos importa tanto le hecho de estar haciéndolo.

Al principio de los tiempos, la naturaleza actuaba como la propia manifestación de diferentes dioses o deidades, y esto acojonaba mucho a los tíos que dependían en extremo de los alimentos para vivir.
Los nómadas cazaban lo que podían y seguían viajando hasta zonas donde pudieran encontrar más comida. La naturaleza los guiaba de aquí para allá, y ellos dependían de ella.

Los sedentarios aprendieron a operar por si mismos con la naturaleza, y empezaron a desarrollar la agricultura. Se establecieron en ríos o en zonas altamente potenciales, pero debían seguir rezando a sus dioses para que las cosechas no se vieran afectadas por las muchas variables que podían fastidiarles todo el invento y sufrir hambrunas.

Llego un momento en que el conocimiento científico hizo posible entender el propio mecanismo de la agricultura, los dioses ya eran algo del pasado (bueno, no todos, aun debió quedar alguno), y los “fisiócratas” hablaban de la reorientación de la agricultura y la naturaleza al servicio del ser humano. Se abonaban los campos y se explotaban de la mayor forma posible para conseguir la mayor producción posible.

Esto hizo posible cierto excedente. La humanidad consiguió producir mucho más de lo que necesitaba para sobrevivir, y por tanto la sociedad comenzó a diversificarse en otras actividades, que derivaron en el desarrollo de la revolución industrial, y en el largo plazo, en las sociedades actuales.

Pero claro, la revolución industrial trajo consigo maquinas, inimaginables para los anteriores productores de alimentos, que conseguían aumentar la productividad de forma que la producción mundial de alimentos estaría en cierto modo suficientemente conseguida de forma holgada. Es decir, hemos pasado de depender y llorar y rezar por la naturaleza, a crear unas maquinas capaces de asegurar nuestra supervivencia. El comercio hace crear unos valores que restan importancia a la naturaleza. Si no conseguimos unos ciertos alimentos en las cantidades necesarias, se las compramos a los vecinos que habrán tenido más suerte, y poco a poco, los valores sociales se desprenden de ese apego natural por la naturaleza, escondida bajo cables y metales oxidados.

Las sociedades capitalistas ya no observan a la naturaleza como una variable importante en la producción, la participación en el sistema del sector primario es muy inferior al resto, y por tanto, en conjunto queda como un residuo del que no queremos saber nada.

Los problemas son claros, ya que al no depender tanto de la naturaleza (en el corto plazo, gracias a la ilusión individualista), no nos importa lo que le pueda pasar, y hablo de agregados de comportamiento. Obviamente si preguntamos a alguien si le importa degradar la naturaleza te dirá que si, pero no hablamos de lo que como individuos queremos, si no de lo que como individuos, en el agregado, hacemos.

Y en hoy en día la naturaleza está siendo vilipendiada por sistemas industriales que no tienen en cuenta ni el medioambiente ni el resto de seres vivos.

Los nómadas se morirían antes de entender lo que estamos haciendo a su patria.

Saludos.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Ley de Economía sostenible (III)

Ley de economía sostenible (III)

Voy a reducir esto a una trilogía, a sabiendas de que no son las únicas reformas propuestas por el gobierno, siendo una de las no comentadas de ultimísimo actualidad, y cuya gestión está siendo nefasta.

Se intenta impulsar la mejora del medioambiente y la mejora de un transporte eléctrico, y la menor contaminación.

Yo, a sabiendas de que es imposible por que el marco conceptual de la gente es muy cerrado, sigo apostando por la energía atómica. Estamos gastando mucho comprando energía, parte de ella a las centrales nucleares de Francia, y el potencial español lo desaprovechamos poniendo parches solares que, si bien ayudan, no son ni de lejos una opción a medio plazo ahora mismo. No podemos querer ser competitivos y depender de esta manera del exterior. La energía lo es todo, es la base económica de todo el movimiento y acción.

En cuanto a las  reformas fiscales, son la base para intentar modificar algo el panorama económico, ayudando las acciones que se consideran más positivas y penalizando las negativas. Si bien la efectividad de todo esto puede llegar a ser debatible poco más se puede hacer para cambiar el modelo sino es cambiando las propias demandas y necesidades de los ciudadanos, lo cual es imposible.

Así pues, incrementan la deducción del impuesto de sociedades para aquellas actividades relacionadas con la innovación o la investigación.

Al igual que la anterior, mejoran las deducciones sobre el IVA para operaciones de rehabilitación y en el de sociedades para la mejora medioambiental y acústica.

Una medida criticada ha sido el cese de la deducción por compra de vivienda con una renta superior a los 24000 euros. Esta medida hay que tomarla conjuntamente con la misma impuesta para el régimen de alquileres, que intenta por una parte poner en igualdad de condiciones a los alquileres, intentar subir su demanda (comparados con el resto de Europa, alquilamos mucho menos, y eso fue una de las razones por la que la burbuja inmobiliaria se hizo tan grande, todos querían comprarse un piso aun endeudándose a 50 año, por que, “había que tener un piso”). Y por otro lado quitar esa ayuda fiscal (las deducciones son ayudas fiscales, no minoraciones del impuesto), a aquellas rentas que podían permitírselo, es decir, continuar con la progresión en el impuesto.

En general, toas estas medidas pueden reforzar la línea que se busca, pero no creo que, en conjunto, sean vendibles como un paquete unificado de medidas pensadas en torno a un objetivo concreto y actual.

Saludos.

martes, 1 de diciembre de 2009

Ley de Economía sostenible (II)

Seguimos con las medidas que intentan aumentar la propia competitividad, algo difícilmente conseguible en un corto plazo, y mucho menos si es recesivo.

La competitividad se puede resumir en la capacidad de ser atractivo para los países exteriores, de forma que exportemos productos, crezcamos conjuntamente sobre la misma o a una mayor tasa de crecimiento y destaquemos internacionalmente en algún aspecto económico.

Los países, todos, se especializan. Esta especialización viene derivada por el contexto histórico, por razones puramente sociales, y por los factores abundantes de un propio país.

Pero en general, a parte de enfatizar el sector al que comparativamente mejor estamos adaptados, es bueno ser competitivo a gran escala, es decir, en grandes áreas económicas. Sino, el factor de crecimiento del país puede venirse enteramente abajo, como ha pasado esta vez.

Una parte importante es mejorar y simplificar la red administrativa que permita la creación de empresas. Como decía ayer, las instituciones pueden lastrar en cierta forma la economía, por ejemplo, imponiendo muchas condiciones para las creaciones de las empresas (que en ciencia económica pueden darse por dado). Así pues, disminuyen el coste para la creación de empresas y disminución de plazos administrativos para los pagos. Una forma de liberalizar la red y disminuir la burocracia, necesaria para un mínimo de orden.

Se impulsa en cierto modo la conexión a Internet, garantizando para 2011 el Mbit/seg en banda ancha.

Esto es un adelanto, si, pero lo cierto es que puede hacerse escaso en comparación con otros países. Siempre podemos preguntarnos la utilidad real de esta velocidad, pero lo cierto es que necesariamente debemos igualarnos de forma rápida al resto de Europa en cuestiones de productividad si lo que queremos igualarnos a nivel de producción per cápita.

Fomento de la comunicación de las actividad investigadoras, manteniendo la titularidad de la propiedad (obvio) a quien realice la investigación.

Otro pilar básico de la competitividad, es impulsar el ahorro de recursos destinados para la investigación. En cierto modo es difícil ya que es bastante fácil, hoy en día, copiar cualquier nuevo invento que salga al mercado. Las formas de cambiar ligeramente el desarrollo original, y el hecho de que los beneficios pueden ser muy superiores al coste o la pena por plagiar.

A este aspecto, es mejor, a parte de fomentar las ayudas fiscales a la actividad investigadora empresarial, tener instituciones duras con respecto al respeto de la competencia.

También se incluyen cambios en la formación profesional, pero eso mejor lo dejo por que mi compañero Ajovin, es mucho más conocedor de los pasos que se deberían realizar en la práctica para mejorar todo este sector educativo, que tiene peculiaridades características y potencialidades más grandes de las que ahora podemos admirar.

Al contrario que el resto de medidas, estas, siendo de calado bastante importante, son las menos agraciadas. Son bastante escasas.

Pero todo tiene su explicación. Hoy en día lo que hay que potenciar es el mercado interno, y cambiar el marco del mercado interno. Es difícil potenciar el cambio de potencialidad productiva, mucho más en un país como el nuestro. Pero si estas medidas no van acompañadas, en un futuro no muy lejano, de otras de mayor calado, toda acción habrá sido fútil.

No se puede hablar de potenciar el I+D, si las universidades han reducido sus presupuestos, y no tienen ni para unos ordenadores decentes.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Ley de Economía sostenible (I)

Como estaba mandado, vamos a hacer un pequeño análisis de las medidas que propone la nueva Ley de economía sostenible.

Se les juzga de ser medidas pequeñas que poco pueden cambiar el proceso y estructura de crecimiento. Pero lo cierto es que eso es algo que no se puede cambiar en unas semanas, y aunque debo admitir que, como todos, me esperaba algo más (esto se parece a las keynotes de apple, que siempre se espera uno más), no son en ningún caso negativas.

Si han dicho muchas cosas os especialistas es que son medidas en las que uno puede estar difícilmente en desacuerdo.

El País lo divide en cuatro partes, y yo me voy a guiar por ellas para no hacerlo todo de golpe.

Así que hoy empezamos por:

-        La mejora del entorno económico.

Cuatro mejoras que intentan apoyarse en el aumento de las regulaciones y de la información sobre el marco económico.

En general, las instituciones pueden apoyar al crecimiento económico o lastrarlo, si bien son muy importantes y determinantes para el proceso de crecimiento, se suelen obviar con bastante facilidad.

Por ello, se incrementa la regulación de los diferentes organismos y comités (competencia, energía, telecomunicaciones). Esto contrasta un poco con algunas de las propuestas del OCDE de dar aun más independencia a estos organismos.

En general, contra más independencia haya, mayor será la eficiencia, sin embargo, en asuntos de índole nacional y de importancia clara, cuyas acciones puedan afectar al resto de la economía, entiendo que debamos pedir ciertas cuentas informativas a los presidentes, como así se hará desde el parlamento.

La exigencia de una mayor información económica llega hasta las sociedades cotizadas, que deberán informar sobre las remuneraciones y retribuciones de los diferentes consejeros.

Quizás lo más etéreo de las propuestas o una de las que te hacen preguntar, “¿Pero es que ya no teníamos de eso?”, eso el hecho de crear un grupo de evaluación de los programas de actuación económica (contabilidad del gasto, principalmente) de los diferentes ministerios.

Quizás la novedad sea una mayor comunicación entre ministerios, el incremento de ejercicios conjuntos, de forma cooperativa, que aúnen esfuerzos e información, y por tanto, incrementen la eficiencia.

En cuanto al cuarto punto, no voy a pecar de listillo y voy a dejarlo a parte, si bien alude a las reforma de la contratación pública, apoyándose más en la posibilidad de crear sociedades mixtas y el fomento de participación de las Pymes.

En general vemos que son medidas basadas en el incremento de la regulación. ¿El problema? Nadie va a ver más dinero circular. Estas son medidas que potencien la información económica y social, medidas igualmente necesarias en muchos ámbitos pero mucho menos vendibles, ya que no atañen al ciudadano medio en su día a día.

Me corrijo. Si que le afecta, pero él no se entera.