miércoles, 3 de marzo de 2010

Unión Europea. El presente y el futuro de Europa.

Grecia, así como los países del mediterráneo, con unos problemas financieros y estructurales que van más allá de la crisis financiera, podían ser el impuso para llevar a Europa al siguiente nivel o al menos reconducirla hacia el.

Y es que la unión europea no puede seguir actuando como una unidad económica si se siguen políticas diferentes entre los países, sin buscar luego los mecanismos necesarios para no dejar atrás a los países menos preparados.

La entrada al euro nos ha dejado a todos más beneficios que inconvenientes. La participación en el mercado financiero europeo, el incremento en el comercio y el movimiento de factores, etc. Sin embargo el inconveniente, el hecho de no poder disponer de una política monetaria individual que se pueda ajustar a las diferentes condiciones nacionales nos obliga a estar en plena sintonía con la Europa más avanzada, o a tener que pedir ayuda basada en rescates económicos.

Pero estas ayudas no estas “bien vistas” desde todos los puntos de vista. Si bien mejoran la situación negativa por la que se está pasando, tanto los que tienen que poner el dinero, como los propios ciudadanos y los mercados, ven estas medidas como situaciones tan excepcionales que no se pueden enmarcar en una política favorecedora. El sentimiento nacional agrava aun más la cosa.

Por eso, hay dos soluciones al problema. O se “normalizan” estas ayudas, con planteamientos generales que sirvan para este y los casos futuros en los que algún país de la Unión necesite ayuda, o se potencia la creación de políticas más comunes que acerquen las situaciones de los países aun más.

En cualquiera de los dos casos estaremos en el camino de una Unión Europea más unida.

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