sábado, 7 de noviembre de 2009

Y el dinero sigue sin circular. Llega la economía zombie.

De igual forma que un ser vivo necesita la circulación de la sangre para su existencia como tal, la economía necesita la circulación del dinero para su correcto funcionamiento.

De que narices sirve toda clase de ayudas fiscales, gasto público, expectativas, criticas y desvaríos varios si el muerto no puede renacer porque, simplemente, no tiene sangre.

Es como inyectarle una vacuna o darle de tortas a un pobre hombre fallecido en la mesa camilla, simplemente, no funcionará.

No puede existir iniciativa privada, (a grandes rasgos tampoco iba a existir, pero si no dejamos que empieza a brotar gracias a los valientes que se atrevan, los resultados no darán incentivos a los rezagados), la deuda total hace que la propensión al ahorro crezca (y por tanto la disminución del consumo en el plano económico, todo pasa de mano en mano pero pagando deudas, no comprando bienes), y el dinero no fluye, ergo el multiplicador fiscal cae bajo mínimos y no sirve de nada, ergo las políticas del gobierno no tienen mucha utilidad.

Pero, por favor, dejemos de mirar las políticas del gobierno como un vano intento de elevar la economía, no lo van a conseguir, e incluso ellos mismo lo saben, elevando el IVA para intentar recuperar el déficit público. Lo único que buscan, que para eso son socialistas, es la redistribución social de la riqueza. El resto de políticas son un espejo para mantener la credibilidad ficticias hasta que todo pase (Quizás me estoy pasando un poco de extremismo, matizar vosotros mismos mis palabras, pero vamos, ya me entendeis). En 2011 empezaremos a crecer. Los votantes tienen de media una memoria de 6 a 9 meses, por lo que se olvidarán de la crisis. El único problema es el paro, que es un dato mucho más importante que el crecimiento económico, y que no va a caer tan pronto.

Si no circula la sangre por la economía, pero esta sigue viva ¿Qué tenemos? Exacto, una economía zombie (“Qué no, que son infectados”).

2 comentarios:

  1. Llevo un año aconsejando una subida fiscal moderada que se justifica en la necesidad de reparar el presupuesto, mas tal iniciativa debe cumplir unas condiciones para su correcta aplicación y tiene que determinar las consecuencias en cada grupo o sujeto.

    Si los tipos de interés no pueden estar ya más bajos y encima incrementan la carga impositiva sobre unos réditos exiguos, ¿a quién piensa colocar el Gobierno la deuda pública? Esta medida desincentiva el ahorro y nos deja otra vez en el punto de partida.

    No acertó el presidente Zapatero al admitir que uno de los posibles defectos que originan la "crisis" está en una elevada tasa de interés, más bien ha sido todo lo contrario. Una incontrolada especulación sí motiva una profunda crisis. Y cuando menciona la especulación inmobiliaria como desencadenante de la depresión económica, parece olvidar que las instituciones políticas de ámbito nacional, autonómico y local, pueden regular este campo mediante una adecuada gestión del suelo y sus respectivas competencias en los planes de urbanización y vivienda. Al permitir que los inmuebles protegidos alcancen el coste del mercado libre, alguien no está haciendo bien su trabajo o quizá suceda algo peor. En los "intereses" está la clave.

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  2. Gracias por tu comentario.

    Creo que no te falta razón. La deuda pública no puede continuar cayendo por que no puede convertirse en un pozo sin fondo sin ninguna consecuencia, y yo soy de los que cree que es una buena política de ayuda económica, peo con ciertas reservas.

    Lo de la subida fiscal es algo que prefiero no tocar porque es ciertamente delicado. El gasto puede ser más homogéneo pero tenemos muchos impuestos, así que quizás la variedad puede permitir diversos compuestos fiscales que puedan beneficiar más que perjudicar. Yo no veo bien, en épocas de crisis, grabar más el consumo o el ahorro (hay necesidad de las dos). Entendería más grabar la riqueza (pero no tenemos el impuesto de patrimonio), o en menor medida subir el IRPF para las rentas más altas, medidas de izquierdas (partiendo del hecho de que tenemos un gobierno de izquierdas), pero el problema es que no son tan instantáneas, y quizás menos factibles de cambiar.

    En cuanto a los pisos de VPO, es algo que nunca entenderé. Todo ese tinglado se convirtió en una especulación conjunta. Empresas, gobierno y sociedad.

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