domingo, 8 de noviembre de 2009

Un posible fondo para posibles crisis futuras.

El primer ministro británico Gordon Brown ha querido hablar en una de las últimas reuniones del G-20 sobre la “responsabilidad del sistema financiero para con la sociedad”.

Tomándolo como una entidad con la responsabilidad que se merece, y no como una simple extensión crediticia de la economía real, es posible que su relación con el mundo deba empezar a ser algo más que cordial, sobretodo ahora que intentamos pasar página y avanzar en lo que a relaciones sociales se refiere (es algo que no vamos a conseguir, cambio climático, pobreza, especies en extinción, deforestación, son cuestiones muy poco socializadas, muy publicitadas eso si, pero de momento se mantienen en los “otros” países”).

Así que ha propuesto la creación de un fondo, financiado con impuestos sobre las transacciones financieras internacionales, que sirva de apoyo y ayuda una vez que se produzcan las crisis globales. Algo así como un un superávit financiero que ayude al público cuando las recesiones empiecen a aparecer.

La idea no es mala, pero no sé si será muy efectiva.

En primer lugar, la recaudación:

Dicen que tendría que grabar más a aquellas transacciones que fueran puramente especulación, rápidos cambios de moneda en grandes dotaciones por ejemplo. Algo así relacionando el corto plazo y el volumen. En realidad solo debería quedar la verdadera inversión y erradicar la especulación, pero por mucho que lo intentes vas a afectar a la inversión.

En segundo lugar, el fondo:

Tendríamos que preguntarnos si este tipo de fondo aplicado a los últimos años habría ayudado a la actual crisis. La cantidad de deudas alcanzada ha sido enorme y de momento los datos son palabras en el aire.

Además, con el tiempo, la moneda es una de las cosas más fútiles que hay. Podemos recaudar un fondo enorme pero quedarse en pañales al año siguiente si tuviésemos una crisis con hiperinflación (puestos a poner, nos ponemos a lo grande).

Además que ahora tenemos unas ganas tremendas de regularlo todo. Hay que cambiar muchas cosas, si, pero ya me veo dentro de 15 años cuando venga la próxima crisis de oferta que los new-neo-clásicos dirán que ha sido culpa de tanta regulación. Y quitarán todo.

Algo así como la educación en este país. Y por experiencia, sé que no es lo mejor.

2 comentarios:

  1. No resulta tan buena noticia la bajada de los tipos de interés. Por un lado, se está privando a miles de modestos ahorradores y pensionistas de una pequeña fuente de ingresos complementarios. Generalmente, los intereses obtenidos en renta fija se convierten en líquido preferente por parte de estas unidades ahorradoras y contribuyen en un mejor estímulo para reactivar el consumo. Vuelve a circular capital en el mercado. Por el contrario, con una tasa de interés baja se pierde responsabilidad. Surgen prácticas irracionales muy peligrosas que afectan a un dinero que no encuentra una salida ventajosa adecuada.

    Con los tipos bajos se fomentan actividades especulativas más arriesgadas. Los ahorradores son forzados a obtener un rédito mayor en nocivas operaciones de renta variable que no pueden ser provechosas para inversores profanos que carecen de la necesaria información periódica del curso del mercado de valores que otros jugadores sí disponen. Incluso vemos cientos de casos donde ni siquiera se preocupan de hacer un seguimiento continuo de su inversión, acostumbrados a las imposiciones a plazo fijo. Digo más, muchas veces, hasta se promueve la inclusión de accionistas humildes o desinformados para cubrir la retirada de socios mejor provistos, es decir, para absorber las pérdidas y evitar la caída en el valor de las acciones.

    Otro efecto de una inadecuada bajada de tipos es la tendencia de acaparar bienes con fines especulativos -ya hemos citado sus consecuencias en el sector inmobiliario- o crear negocios estériles que se convertirán en nidos de futuras deudas y causarán la pérdida de los ahorros.

    A medio y largo plazo, el sostenimiento de una política basada en la fijación de tipos bajos no sólo no contribuye a la circulación de capital, sino que deriva en una espiral de endeudamiento, reducción del consumo una vez agotados los ahorros, se incrementa la especulación y el fraude (flujo de dinero negro), se obstruye la actividad productiva, y se debilita la tesorería de la administración pública justo cuando tiene que hacer frente a la llamada de socorro de la economía.

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  2. Bueno, aquí nadie habla de bajar el tipo de interes.

    Y con respecto a la realidad de unos bajos tipos de interes, es cierto que no se puede convertir en una política de medio-largo plazo, pero en el contexto actual es de las pocas y unicas políticas que pueden impulsar el setor financiero.
    No creo que promueban mucha especulación cuando ahora el precio de los activos está cayendo.
    Y si lo hace, pues es uno de las razones que apoyan la medida propuesta por el señor Gordon Brown.

    Saludos.

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