martes, 17 de noviembre de 2009

Los salarios en el limbo de políticamente correcto

Los salarios, al ser pactados y estipularse por convenio, quedan en el limbo de los propios mercados, fijándose mediante acuerdos dependientes de variables propias económicas,  afectando a variables propias económicas.

Porque la pregunta es clara: ¿Los sueldos deben incrementarse según la inflación, o según la productividad?

En el primer caso, estamos asegurando una constante en los salarios reales, es decir, el intento de no perder capacidad adquisitiva, lo cual se ha visto del todo mermado cuando los pisos, independientemente del nivel medio de inflación, han subido a tasas muy superiores a las del salario, endeudando de forma fija y a largo plazo a miles de familias. La inflación es una medida de los precios, pero es ciertamente compleja y en algunos casos ineficiente.

Por otro lado, aumentar los sueldos según la productividad propia del trabajo, asegura una cierta eficiencia en el mercado de la producción, un estímulo para el impulso de la producción y por tanto, de la competencia exterior.

Pero claro, la capacidad adquisitiva no está asegurada.

El problema de la productividad es que es un conjunto de todos los trabajadores. Es decir, que no hay posibilidad, a mi modo de pensar, de que cambiar el modus operandi incentive al trabajador (de igual forma que no se incentiva el voto, nadie tiene consciencia de la importancia individual en el agregado), y por ello lo único que aseguraría el aumento de la productividad sería el aumento del capital, la tecnología o las innovaciones.

Así que, en mi opinión, una vez que igualemos a Europa en esos aspectos, podremos plantearnos cambiar el paradigma, hasta entonces, si queremos mantener cierta coherencia, que los sueldos lleven su ritmo, a pesar de las ineficiencias que puedan causar.

Saludos.

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