martes, 16 de marzo de 2010

El déficit estadounidense y el Yuan Chino infravalorado.



El problema del déficit estadounidense va más allá, ya que el gran financiador de la economía americana es el país asiático por excelencia, China, que ha estado incrementando constantemente el número de sus reservas en dólares, forzando así un tipo de cambio algo artificial, que se aleja del que debería tener si observáramos la realidad económica como tal.

El primer problema, es que China, como economía asiática, y como nos vienen acostumbrando es un país altamente ahorrador. Su superávit por cuenta corriente siempre es positivo, y aumentando, lo cual quiere decir que vende al exterior mucho más de lo que compra. Su crecimiento, de hecho, se basa en la globalización, en la fuerza motora y competitiva que le hace producir para el resto de países. Contra más globalización, cuanto más abierto esté su mercado, más crecerá, de ahí su reciente (y  ya normalizado) periodo de gran crecimiento tras dejar abrir sus fronteras.

Ahora bien, este superávit no viene sólo, trae consigo un incremento de las reservas, un incremento de la entrada de capitales, que China utiliza para financiar a otros estados como por ejemplo los estados unidos. Es como si yo, te prestara a ti, lector, 1000 euros para que me compraras manufacturas. Recibo lo que presto, y encima me sigues debiendo 1000.

No es raro, pues, que cuanto mayor superávit tenga uno, mayor déficit tenga el otro.

Claro, China está convirtiendo todo este superávit, todas sus reservas en dólares, lo cual hace incrementar la demanda de moneda estadounidense, lo cual hace que se aprecie. Y cuanto más se aprecia, en peores condiciones competitivas se encuentra Estados Unidos, y en mejores se encuentra China. Es decir, es un ciclo explosivo, sobre todo por que ahora China, que tiene una gran cantidad de reservas en dólares ( y por tanto de riqueza en dólares) no quiere que el dólar se deprecie por que estaría perdiendo dinero.

Ahora con la crisis el comercio ha bajado, y por tanto estas diferencias se han reducido, pero cuando vuelva a incrementarse el comercio volveremos a como estábamos antes, el Yuan depreciado, infravalorado y un dólar con fuerzas depreciatorias no permitidas por la economía asiática.

Claro que, en realidad, todo esto es legal. Es libre mercado. No es algo sancionable, a pesar de que pueda pensarse en establecer sanciones. Lo único que se puede hacer es dialogar, y usar la diplomacia. Soluciones hay algunas.

EN primer lugar, China es la primera en criticar a Estados Unidos, que debería rebajar su déficit fiscal y subir los tipos de interés (lo cual reduciría la inversión , que actualmente esta siendo financiada por el exterior) y aumentaría los ahorros nacionales, reduciendo por tanto su déficit exterior. Pero claro, esto sumiría a la primer apotencia del mundo en una crisis aun más grave, con una demanda interna muy deteriorada.

Por ello, las perspectivas occidentales son justamente lo contrario, afirman que es la economía asiática la que debe empezar a potenciar su demanda interna, mejorar el consumo de sus habitantes, su inversión, su crecimiento interno.

China tiene un gran crecimiento, pero está totalmente derivado del exterior, de sus exportaciones, y sigue siendo una economía muy empobrecida en su interior.

Además, debe dejar de comprar reservas en dólares, y diversificar un poco más las mismas en una cesta de divisas de todo tipo.

Es un problema de culturas, de culturas económicas, donde un país tiende a gastar más de lo que tiene y otro a prestar más de lo que gasta. Obviamente no podemos reprochar a China que sea ahorradora, pero deberíamos intentar potenciar su desarrollo interior, mientras nos ajustamos un poco los pantalones y no agachamos la cabeza mientras el gigante rojo nos financia todo nuestro crecimiento.

domingo, 14 de marzo de 2010

7º punto de la realidad social: Nos movemos por incentivos, y estos por expectativas.



Adam Smith, uno de los primeros economistas reconocidos como tales, es hoy conocido por la manida “mano invisible” que guía el mercado. Sin meternos en filosofía económico, lo cierto es que Adam Smith dio en el clavo en un concepto que permanece constante, los individuos actúan pensando en su propio interés, siendo egoístas. Actúan por incentivos.

Admitir esto no es sino admitir un hecho constatable, nadie haría nada si con ello no consiguiera nada.

De hecho, gran parte de la teoría económica se basa en el estudio de estos incentivos. Los teoremas se basan en la reacción de los agentes a los diferentes incentivos que van sucediéndose tras las actuaciones de los mismos.

Es decir, al margen del propio sistema económico, o de la propia realidad en la que nos encontremos, el hecho de que sepamos que en general se va a seguir cierto incentivos nos puede ayudar a entender como funcionamos, y como funciona la realidad social.

Por poner un ejemplo, si a alguien puede elegir entre meter una cierta cantidad de dinero, en un deposito al 3% o en otro al 5%, con las mismas características anexas (duración, cobro, impuestos, riesgo…), entonces elegirá el deposito del 5%. Si cada deposito está en diferentes países, vemos que existirán fuerzas que impulsaran a los agentes a invertir en el deposito del 5%, lo cual incentivará la demanda de la moneda de dicho país, lo cual hará que se aprecie, lo cual incentivará a los países a importar menos, lo cual potencia la demanda interna…

Todos nos guiamos por incentivos, y estos, al ser racionales, y por tanto lógicos, y por tanto modelizables, nos confieren cierto conocimiento.

Este conocimiento, se transforma en expectativas, que son las que verdaderamente guían los incentivos, las que le dan sentido.

Las expectativas se forman por nuestro conocimiento de la realidad social, basado a su vez en nuestro conocimiento sobre las relaciones derivadas de los incentivos y sus expectativas. Es un pez que se muerde la cola, claro, y que pone en marcha el reloj de diversas fuentes explosivas económicamente hablando, como las burbujas especulativas.

No podemos decir, como se le atribuye a Adam Smith, que la búsqueda de estos incentivos personales de, por si misma, el óptimo económico, tanto a corto como a largo plazo. Lo único que podemos saber con certeza es que, el óptimo, también se conseguirá a través de los incentivos personales.

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sábado, 13 de marzo de 2010

Inflación, la actividad económica vista desde los precios.



La inflación es un síntoma de actividad económica.

Hay muchas teorías de porqué la inflación es una respuesta del sistema al crecimiento económica, desde teorías monetarias, hasta la curva de Phillips, obviamente todo está relacionado, como en todo sistema.

Lo que está claro es que cuando hay un estancamiento económico, la inflación baja, y cuando hay un fuerte despegue, esta sube. Claro que es una medida muy subjetiva (palabra que tomo con reservas), de la fase en la que nos encontramos, pero puede ayudar a ver algo del camino. Si la inflación sube, estamos empezando a generar economía, o bien hay algún elemento que este distorsionando todo.

Lo primero que podemos hacer es disgregar el dato del IPC en sus diferentes apartados, y además compararlo con el mismo dato de 2009 y 2010. Recordamos, para visiones futuras, que estamos viendo el crecimiento interanual de IPC de febrero de 2010.



Esta comparación nos permite ver en un vistazo, no sólo el IPC anual de febrero, sino, si el dato es “normal” o no, tomando como algo normal los datos de 2008, antes de que estallara la crisis.

El IPC de los alimentos, elemento muy variable, ha bajado de forma constante, así como el menaje (menor consumo), la vivienda (por la ciada de la burbuja), los hoteles y restaurantes (menos turismo y dinero extra), y el apartado otros.

Sin embargo, debemos ver que no es lo mismo que baje una partida que tiene poca repercusión en la sociedad a que baje otra con gran importancia.

En este aspecto, debemos señalar el transporte, con un crecimiento muy alto, derivado sobre todo del gran descenso llevado a cabo en 2009. El dato de variación mensual es de -0,5%. La explicación es que se está llevando una progresiva estabilización. Los carburantes aun no han empezado a dar mal.

Por otro lado están los alimentos y el ocio, los dos negativos, y que impulsan el IPC hacía bajo.

En resumen, excepto por el alcohol y el tabaco, elementos poco “naturales” en la economía, casi todos los elementos muestran una variación negativa, o al menos no muy positiva.

Se ve cierta estabilización en algunas partidas como el ocio, el vestido y el calzado, y en general el IPC, pero aun seguimos en datos variados y poco clarificantes.

De todas, formas, cuando se quiere observar, como antes decía, el reflejo de la actividad económica sin externalidades fuertes, hay que quitar el efecto de los alimentos y productos energéticos.

Esto es lo que tenemos:

Aun no estamos en deflación, y nos hemos quedado un poco atascados en el 0,1%. Los últimos meses de 2009 puede apreciarse una pequeña subida, posiblemente a la zaga de los brotes verdes y las compras de navidad, pero seguimos igual. Estabilizados y en una economía que va varada por no sabemos cuanto tiempo.

viernes, 12 de marzo de 2010

Desarrollo Sostenible: Transición hacia la coevolución global - Proyecto BitBlio (VII)


-       Desarrollo Sostenible. Transición hacia la coevolución global. (Luis M. Jiménez Herrero)



  1. Cap 9 -  La gran transición económica (I): Transformación y gestión de recursos.

  2. Cap 10 – La gran transición económica (II): Consumo y producción sostenibles.


Cuando nos enfrentamos al plan global del desarrollo sostenible debemos ser conscientes de que existen grandes diferencias en el mundo que lastran el uso de políticas comunes en todo el globo. Hay que respetar el crecimiento que los países ya desarrollados ya hemos tenido y que los países en vías de desarrollo buscan poder alcanzar para ponerse a nuestra altura, y eso sugiere ciertos cambios diferenciales en el uso de recursos.

El primer cambio significativo debería ser con la sostenibilidad de la agricultura, base económica sustentada artificialmente (tanto económicamente, con subvenciones que haga rentables los productos, como físicamente, manteniendo una producción suficiente a base de productos químicos que pueden perjudicar al planeta. Para ello, el agua será indispensable, y no es raro o difícil pensar que será el elemento que pueda causar los mayores conflictos de aquí a un futuro. Del oro, al oro negro, al oro transparente, los bienes escasos siguen siendo fuente de problemas.

Sería necesario, por tanto, un revolución que permita una mejora productiva, y esto podría darse con los transgénicos, los conocimientos científicos aplicados a la genética vegetal. El problema es que es un cambio caro, y no accesible para los que tienen el verdadero problema, los países pobres.

Pero no sólo tenemos que cambiar la estructura del sistema productivo, sino toda el sistema económico y social. Pues hay que añadir de forma totalmente integrada el sistema de residuos y costes a la naturaleza, ya sea mediante reformas económicas en forma de costes añadidos o beneficios fiscales o económicos a quien realice una función económica mucho más sostenible.

Es necesaria una dotación y propaganda de información de igual forma sostenida, no en forma de campañas publicitarias, sino en las escuelas, que visiones reales y prácticas de lo que es y lo que debe ser pero no podemos quedarnos ahí. El crecimiento sostenible debe ser rentable para todos.

Cuando se dice parece como una utopia, pero es justo todo lo contrario, si perseguimos el fin del desarrollo sostenible es por que sabemos que, a largo plazo, es mucho más beneficioso y rentable. Sólo tenemos que trasladar esa imagen, ese conocimiento y esa rentabilidad hacia un plano individual, para que todos, consumidores, empresarios y gobiernos, es decir, todos los seres humanos, como únicos causantes de nuestra propia producción, podamos cambiar el sistema mundial, no de golpe, no mañana. Hoy, y ya, y poco a poco.

Debemos darnos cuenta de que lo que realmente tenemos es “un sistema de producción y consumo que no solamente tiene un aparato circulatorio de flujos reales y monetarios, sino también un aparato digestivo para procesar los bienes y residuos producidos que no pueden ser físicamente consumidos. [Pag 235]”

Índice del proyecto BitBlio

jueves, 11 de marzo de 2010

El paro. Dos versiones de una realidad con matices.



En economía, a pesar de estar rodeados de datos, las interpretaciones que se puedan hacer de los mismos difieren muchas veces, según la escuela económica a la que te adscribas.

Definimos el paro como la tasa o el porcentaje de aquellos que están buscando empleo sobre el total de personas activas (que buscan o están trabajando).

Y si bien para todos el número de ocupados, es decir, la cantidad total de personas que están trabajando, es una dato totalmente objetivo (por que es el que es), el dato de los que buscan empleo es un dato subjetivo, y por tanto abierto para la matización.

La existencia de gente apuntada al paro que no está buscando realmente trabajo, las personas que buscan un trabajo tan especifico que existen muy pocas posibilidades de encontrarlo… se suele argumentar que si la población desocupada estuviera realmente en disposición de trabajar, realmente de lo haría.

Aluden al hecho de que si no existiera un salario mínimo la gente podría trabajar por muy poco, siendo muy rentables a las empresas, que contratarían mucha más gente.

“En un mercado de competencia, todo el que quiera trabajar, trabajará”. Y hombre, tienen razón, el problema es, ¿A que precio?

Tomar la tasa de paro como un índice subjetivo porqué es la propia gente “quien lo decide” me parece bastante irreal y dogmático.

Y este es un problema de “contextualización de entorno económico personal”. Estoy seguro de que, dándose una crisis mundial de hambruna, la gente estaría dispuesta, de forma razonada, a bajarse los sueldos de forma global, de igual forma que nuestros antepasados comían menos cuando había malas cosechas.

El problema es que el trabajador no puede, ni se verá incentivado, a cambiar su estado económico en un contexto en el que el no tiene, o no puede ver, su culpa en el problema, en un problema derivado de otros, y no del azar.

“¿Por qué voy a bajarme el sueldo, si los bancos siguen ganando millones?” Piensan todos, “yo quiero un empleo en donde gane lo mismo que antes”, y no es algo ni reprochable, ni irreal, ni un motivo para tomar la tasa de paro como un concepto subjetivo.

lunes, 8 de marzo de 2010

6º punto de la realidad social: Necesidades ilimitadas. Recursos escasos.




En muchos manuales de economía básica se comienza explicando que es una ciencia que estudia la problemática de tener unos recursos escasos con los que proveer de respuesta a unas necesidades, básicamente ilimitadas.

El hecho de tener consciencia, nos permite desear, desde bienes a servicios, cualquier tipo de elemento que nos provea de una utilidad o bienestar, inmediato o futuro.

Si existieran los imposibles, todos seriamos dioses  y viviríamos en un paraíso económico en el que los problemas de recursos no existieran, pero no existen los imposibles, y debemos ajustarnos a la realidad.

EL horizonte temporal, o el nivel de empatía que tengamos para con el resto de la existencia, afecta mucho al nivel de utilización (y el modo, sobretodo el modo), de los recursos.

Por que todo afecta a todo, y en general, los bienes, al menos hasta el día de hoy, son rivales y excluyentes.

Para tener papel necesito talar un árbol. Para conducir un coche necesito petróleo. Para tener un móvil necesito obtener coltán, etc.

No sólo le estoy quitando un bien a la naturaleza, en muchos casos, por el poco grado de reciclaje de los productos, estoy restándole capacidad de obtener recursos a las generaciones venideras.

Horizonte temporal, y empatía existencial.

Pero no quiero quedarme en el mejor pesimismo humano. Debemos buscar soluciones, pero soluciones posibles. El ser humano no puede cambiar su patrón de consumo, no hay incentivos para ello. Y los incentivos son muy importantes para las acciones (determinantes).

Es por ello primordial, que la realidad social intente desviarse de su curso hacia otros equilibrios, más correctos para con el medioambiente.

Estamos drogados. Un drogadicto muchas veces no quiere reconocer que lo es, pero lo es. No tenemos padres a los que poder acudir, sólo estamos nosotros.

La sociedad en su conjunto es la que debe guiarse por si sola, como un niño pequeño que deba aprender a caminar por si sólo. Tenemos nuevos problemas, nuevos descubrimientos, nuevas formas de pensar, pero a la vez, en realidad, tenemos los mismos problemas.

Vivimos en una sociedad donde, (y este es el punto remarcable), inconscientemente nos creemos que podemos tenerlo todo. Pero no es así.

Mal que nos pese, hemos tenido, tenemos, y tendremos por siempre, unos recursos escasos. Y unas necesidades ilimitadas.

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domingo, 7 de marzo de 2010

Carry trade y el Yen Japonés



Las diferentes economías, con sus diferentes particularidades a nivel financiero, junto a la globalización y al movimiento internacional de capitales, ofrece una larga gama de posibilidades para aquellos inversores que quieran ganar dinero utilizando los desequilibrios nacionales de los diferentes países.

Una oportunidad es la de usar la técnica del Carry Trade.

¿En qué consiste esta técnica? Básicamente consiste en ganar dinero utilizando las divisas internacionales. Y si a ello le sumas los diferentes tipos de interés, las sumas de dinero pueden ser respetables.

Ejemplifiquémoslo:

Estamos en 2003. En Japón, los tipos de interés están muy bajos, supongamos que están con un tipo del 0,50%.

Pedimos 130.000.000 yenes a un banco de allí. Y los cambiamos por euro. Al cambio tendríamos 1.000.000 de euros.

Ahora invertimos esa cantidad en algún banco europeo, donde tendremos tipos de interés de entre el 2% al 4%. Supongamos que invertimos al 4%.

En un año conseguimos 1.040.000 euros. Ya es 2004. Supongamos que tenemos que devolver el préstamo que pedimos. Como el tipo de interés es del 0,50%, tenemos que devolver 130.650.000 yenes. Al cambio, que ahora es de 140 yenes por euro, tenemos que cambiar 933.215 euros.

Conclusión, hemos obtenido 106.785 euros de beneficio. Así, sin más. En un año.

Así que sí, es una técnica muy lucrativa.

A lo largo del tiempo, no hay por que devolver los prestamos al año, con lo que es muy posible que sigamos invirtiendo y pidiendo créditos a Japón.

Consecuencias: Como estamos pidiendo Yenes al sistema Japonés, y los cambiamos por euros, lo que estamos haciendo es devaluar el Yen. Es decir, que cada vez se necesitaran más Yenes para obtener un euro. Lo cual es aun más lucrativo.

Esto además beneficia a Japón, por que sus productos le salen muy baratos y competitivos en el exterior, y puede tener un superávit en su cuenta corriente.

Otras consecuencias: Como vemos en el gráfico del banco central europeo:



Hubo una caída del tipo de cambio a mediados de 2008. ¿Por qué?

Una de las explicaciones que he leído por ahí, la cual me ha animado a escribir esto, es justamente por el Carry Trade.

El hecho de que estallara la crisis hizo que los tipos de interés de medio mundo bajaran a mínimos. Se desincentivo la inversión por la crisis, y además la poca que se hacía ya no se sustentaba en juegos internacionales. Ya no existían esos grandes diferenciales entre los tipos internacionales de los países.

Por otro lado, se creía que la moneda japonesa era muy fuerte, por lo que pasaron dos cosas:

-       Muchos inversores pidieron Yenes para resguardarse de los posibles bandazos del dólar y el euro.

-       Al dejar la técnica del Carry Trade, se dejaron de camiar yenes por euro, y se empezó a pagar las deudas que había con los bancos. Eso quiere decir, un aumento de la demanda de Yenes.

Todo aumento de demanda aumenta el precio del producto, y el Yen se apreció. Y se apreció tanto, que ahí podemos ver los estragos que causó. (Apreciación del Yen con respecto al euro, menos Yenes para obtener un euro, de ahí que sea una bajada).

Eso ha hecho bastante daño a su balanza comercial. Ahora es mucho más caro comprarle a Japón.