jueves, 18 de marzo de 2010

Propensión y aversión al riesgo.



En economía han replantearse todo tipo de comportamientos racionales, incluso los que son subjetivos.

Por ejemplo, se puede dividir al espectro de consumidores por su grado de heterogeneidad en la importancia que le dan a la calidad cuando queremos estudiar la diferenciación de producto vertical (por su calidad), o podemos dividirla por sus preferencias con respecto a un conjunto de características (gustos diferenciados).

Hoy voy a hablar de otro aspecto más sencillo, y es la diferencia entre propenso, neutral y averso al riesgo.

Para explicarlo de modo sencillo, voy a utilizar un ejemplo práctico.

Tres personas disponen de 100 euros que pueden o no invertir. Si lo invierten pueden hacerlo tanto en la inversión A, donde tendrán un 50% de posibilidades de tener una rentabilidad del 4% y otro 50% de posibilidades de tener una rentabilidad del 6%, o pueden invertirlo en la inversión B, donde tendrán seguro una rentabilidad del 5%.

La pregunta es, ¿Dónde lo invertiría usted? Y dependiendo de la respuesta, usted es averso, propenso o neutral al riesgo.

Una persona neutral al riesgo es alguien puramente racional, matemáticamente estadística. Si invierte los 100 euros en la inversión B, obtendrá al cabo de un año 5 euros. Y sabe que, en media, si invierte los 100 euros en la inversión A también obtendrá otros 5 euros. Le da igual por tanto donde hacerlo, y probablemente vaya al sitio que tenga más cerca de casa.

Una persona que sea aversa al riesgo razona tal que así: Si lo invierto los 100 euros en la inversión B obtendré 5 euros, pero si lo hago en la inversión A puedo obtener tanto 4 como 6 euros. Prefiero no arriesgarme y me decido por la inversión del 5%.

El averso al riesgo es alguien que, ante rentabilidades medias (o esperadas) iguales, prefiere irse a lo seguro, no arriesgar por si hay mala suerte y le toca finalmente la rentabilidad del 4%.

Una persona que sea propensa al riesgo razona tal que así: Si lo invierto los 100 euros en la inversión B obtendré 5 euros, pero si lo hago en la inversión A puedo obtener tanto 4 como 6 euros. Prefiero arriesgarme a ver si hay suerte y obtengo el 6% de interés.

El propenso al riesgo es alguien que, ante rentabilidades medias (o esperadas) iguales, prefiere arriesgar el dinero, valorando mucho la posibilidad de obtener mejores resultados.

Podríamos clasificarlos como optimistas, pesimistas y realistas.

No es moco de pavo esta diferenciación, piensen por ejemplo las diferencias entre culturas sociales y económicas. Si un país es socialmente más averso a arriesgar su dinero, es posible que prefiera ahorrar a invertirlo, que su iniciativa empresarial sea más difícil de incentivar, por ejemplo.

En conjunto todo se matiza en los agregados, pero hoy en día, a pesar de la globalización, todavía quedan diferencias internacionales.

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